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San Isidoro y Ia Ciencia Diplomática
I.—raTRODUOCION 1. El objeto enunciado por el título de esta monografía, sin querer decir que sea un aspecto relevante del saber inmenso que nos legó en rico patrimonio San Lsidoro, Obispo de Sevilla, con todo presenta una faceta de San Mdoro que por una parte es bastante desconocida y poco estudiada, y por otra tiene un grandeJnterés, por Io menos para los que se dedican a las ciencias histórico-críticas y a las ciencias Diplomáticas y Paleográficas, Kstamos en presencia del grande enciclopedista de los albores de Ia Edad Media y del Historiador o Cronista que empezó a roturar el terreno de Ia historia en general y de nuestra Patria en particular, con su «Crónica», y su «Historia de los Beyes Godos». Estudiamos al Consejero y maestro de los Reyes Visigodos, legislador de España, Cronologista sutil y curioso, uno de los primeros compiladores de las grandes Colecciones de Cánones, en las que se refugió el documento jurídico diplomático, escapando de ese modo a Ia destrucción de las irrupciones barbáricas. Es el autor o alma de las actas sinodales o conciliares de Concilios, como el II de Sevilla y el IV de Toledo. Es además el Obispo Primado de las Españas que ya entonces, siquiera en formas rudimentarias, poseían sus pequeñas Cancillerías, imitación remota de las toiperiales o Pontificia. Por todo eso se podía prever que sus escritos habían de aportar datos interesantes (por Io menos para los diplomáticos) aún en este ramo auxiliar de Ia historia y de Ia cultura.
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