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Algunas exigencias y ventajas del ecumenismo en Ia formación teológica
FERNANDO SEBASTIÁN, C. M. F.
Uno comienza a moverse en el camino del ecumenismo cuando se da cuenta de Ia parte considerable que han tenido en Ia división de Ia Iglesia las limitaciones y los parcialismos de las diferentes mentalidades teológicas. Con demasiada frecuencia habíamos confundido Ia catolicidad de derecho con Ia de hecho, Ia perfección absoluta de Ia revelación con ia más discutible perfección de nuestras exposiciones y de nuestros modos prácticos de vivirla. Nos venía bien defender nuestra propia realización del catoh'cismo con los argumentos y las recomendaciones de Ia religión cristiana en sí misma. Confundíamos Ia realización temporal de Ia Iglesia, con todas sus limitaciones y deficiencias, con Ia Iglesia perfecta y sin manoha, tal como existirá solamente en ta plenitud del Cielo. Era una sutil exaltación de nosotros mismos. El Decreto sobre Ecumenismo, promulgado por el Vaticano II, nos enseña a pensar de otro modo. Aunque Ia Iglesia católica posea toda Ia verdad y todos los instrumentos de santificación, los católicos no siempre tenemos una conciencia perfecta y adecuada de esa verdad, ni vivimos plenamente Ia santidad que Cristo quiere comunicarnos por Ia Iglesia. Por eso, el esfuerzo continuo para conservar Ia unidad y el acuerdo con los demás cristianos, es necesario para superar nuestras limitaciones y alcanzar Ia plenitud y Ia universalidad propias de Ia doctrina y de ta vida de Cristo. Por todo ello, los intercambios con las demás confesiones cristianas, de modo particular con Ia gran tradición ortodoxa, además de preparar el camino para Ia deseable reconciliación, serán un activo fermento de renovación y mejoramiento para nuestra tradición teológica y espiritual. Si el retorno a las fuentes, realizado intensamente durante las últimas décadas, nos ha puesto en situa35
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