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MODERNIZACIÓN Y DEPENDENCIA EN IBEROAMÉRICA El gran fracaso político-social que significó Ia segunda guerra mundial trajo consigo, no sólo el descrédito del modelo consensual funcionalista de Ia sociedad, sino también el resurgir de los modelos conflictivistas, sobre los que se activaron los movimientos nacionalistas que pusieron en marcha un proceso acelerado de descolonización. Como consecuencia, Ia teoría sociológica —asociada siempre al desarroUo y expansión del capitalismo— hace crisis y el modelo funcionalista se trueca en modelo interaccional y elabora Ia teoría de Ia modernización por el desarrollo, cuya tesis central es Ia siguiente: el modelo occidental, especialmente en su versión anglosajona, con su inmenso potencial tecnoeconómico y sus instituciones democrático-racionales, es el modelo a imitar por todos los demás países, en especial por los del Tercer Mundo, en un proceso relativamente uniforme para todos. Pero, tras Ia segunda guerra mundial, se consolida también una división del mundo en dos bloques antagonistas: el capitalismo liberal y el socialismo marxista. Paralelamente, frente al paradigma funcionalmodernizador se alza también el modelo conflictivista de las relaciones sociales, que recoge en su seno diversas tradiciones críticas, entre las que destaca el neomarxismo, y formula Ia teoría coactiva de Ia sociedad, cuya tesis central dice: Ia teoría de Ia modernización reproduce a nivel internacional Ia dominación de los poderosos sobre los débiles y no es mas que una forma larvada de explotación imperialista. La crisis fue sentida especialmente por los sociólogos de Ia periferia. Formados intelectualmente en las categorías del modelo estructuralfuncion'al, se sentían incapaces de aplicar el análisis sociológico a una realidad social radicalmente extraña al modelo anglosajón que había inspirado el paradigma. Esta situación se hizo particularmente candente en Iberoamérica cuando comenzó a fracasar el modelo desarrolHsta diseñado según Ia teoría de Ia modernización. Los nuevos ajustes modernizadores tampoco obtienen el éxito esperado y encuentran ya Ia franca denuncia de un notable grupo de sociólogos que, con Ia ayuda de algunos teóricos anglófonos (A. Gunder Frank) y francófonos (S. Amin), elaboran una versión renovada de Ia teoría del «imperialismo» con su teoría de Ia dependencia, que ha tenido repercusión internacional. La cuestión, sin embargo, es más compleja de Io que aparenta y requiere un examen cuidadoso. Aquí me voy a limitar a bosquejar un balance expositivo-crítico de esta gran confrontación teóricc-práctica que se ha desarrollado en el escenario iberoamericano durante los dos
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