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FILOSOFIA DE LA HISTORIA Y SOCIOBIOLOGIA
1. La Filosofía de Ia Historia puede ser definida como un intento reflexivo de explicar el posible sentido y causas de los acontecimientos de que el hombre ha sido protagonista desde que existe sobre Ia tierra. La idea que subyace a una disciplina con tales pretensiones es que el discurrir histórico no es un imprevisible y caótico conjunto de episodios, sino que, en él, y más allá de los velos de Io puramente anecdótico, están presentes y actúan una serie de causas que configuran sus derivas. En su conjunto, Ia historia humana no sería completamente irracional, sino que en ella sería posible rastrear una serie de grandes líneas que Ia convertirían en un proceso causalmente descriptible. Durante el siglo xix, y cuando el pensamiento positivista estaba en plena efervescencia, llegó a pensarse en Ia posibilidad de descubrir en ella leyes, convirtiéndola en una ciencia equiparable a Ia Física o a Ia Meteorología. Y aunque a causa de su extremismo esta pretensión ha sido generalmente rechazada por los mismos cultivadores de esta disciplina, no cabe Ia menor duda de que Ia secreta ambición de todo filósofo de Ia Historia es encontrar los principios desde los que comprender el pasado, para, extrapolándolos, ser capaz de prever las metas del futuro. 2. Es curioso constatar que los griegos, a pesar de su gran curiosidad intelectual y del ingente número de temas a que dedicaron su atención, nunca considerasen a Ia Historia como objeto apropiado de Ia reflexión filosófica. A ello contribuyeron probablemente dos motivos. En primer lugar, su peculiar idea del conocer científico. O, si se prefiere, las características que a todo conocimiento exigian para que mereciese ser tenido en cuenta. Para el griego clásico, el único conocimiento que merece el nombre de tal, es el que se refiere a realidades permanentes y puede ser objeto de una demostración apodíptica. Esto sucede, por ejemplo, con las Matemáticas. La Historia sin embargo, cuyo objeto son los acontecimientos pasados, no podría ser fuente de conocimientos auténticos, puesto que se refiere a cuestiones de hecho, inmersas en Io arbitrario y Io irracional. Y aunque este tipo de cosas sean dignas de ser conservadas en Ia memoria, dan origen a un conocimiento opinativo que apenas si merece el nombre de tal, puesto que por referirse a cosas mudables, es imposible de ser fundamentado causalmente. Un posible segundo motivo del poco interés de los griegos en Ia interpretación filosófica de Ia historia es su concepción cícZica de Ia misma.
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