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BECENSIONES
con igual garbo con Ia historia de Ia Mesoneria en el siglo XIX, cuyo signo contrapuesto ha prenunciado? J. Ignacio Tellechea Idígoras
5). NOTAS BIBLIOGRÁFICAS J. García TrapieUo, E/ probtema de tó moral en el Antiguo Testamento Barcelona, Editorial Herder, 1977) 248 p. Las páginas del Antiguo Testamento resultan no pocas veces desconcertantes para los que quieran leerlas a Ia luz evangélica del sermón de Ia montaña. Hay demasiadas guerras, venganzas, anatemas, poligamias e imprecaciones en las que intervienen como protagonistas figuras que han dejado su huella en Ia historia de Ia revelación. Pero todo esto hay que entenderlo a Ia luz de Ia mentalidad paleotestamentaria menos exigente que Ia evangélica. Por Ia «dureza del corazón» de los hombres de Ia Antigua Alianza se les ha permitido o tolerado muchas cosas inaceptables para el cristiano que se mueve dentro de otras coordenadas superiores. El autor proclama con acierto esta diversa perspectiva, destacando los valores positivos del A.T., como Ia obediencia ciega a Dios, el sentido del pecado, para después estudiar en concreto los problemas más agudos: crueldades con los enemigos, venganzas y sentimientos de odio, limitaciones al amor al prójimo, moral sexual laxista con Ia permisión de Ia poligamia y de Ia fornicación. Después de rechazar las soluciones evasivas de tipo «alegórico« y «apologético» fácil, destaca el aspecto «humano» de las narraciones biblicas, haciendo hincapié en el carácter «imperfecto» de Ia moral del Antiguo Testamento, con su no poco -relativismo» de las normas morales, sin desdeñar Ia necesidad de atender a los «géneros literarios» para comprender las hipérboles y radicalismos de los textos bíblicos, y para interpretar muchos textos en los que las acciones inmorales de los protagonistas se atribuyen al mismo Dios como instigador (cómo condenar a una ciudad conquistada al anatema), dado el concepto teocrático de Ia sociedad paleotestamentario. Porque el hombre es considerado en el A.T., según su respuesta a Ia interpelación de Dios (p. 229); por eso, el ideal moral se basa en el principio de que «el principio de Ia sabiduría es el temor de Dios», pues Io esencial es «escuchar Ia voz de Yahvé» y organizar Ia vida en función de esta constante presencia del Dios justo y misericordioso que castiga y perdona. Y los preceptos de Ia Ley son expresión de Ia voluntad divina. Pero ya sabemos por el Evangelio cómo Jesús cambia y corrige Ia Ley mosaica en función de principios superiores espiritualistas a cuyas cimas no Uegaron los justos de Ia Antigua Alianza. Es un nuevo horizonte que se superpone al antiguo con nuevas exigencias, pero esto no quita que Ia moral del A.T. sea un «pedagogo» que lleve a Cristo. Fr. Maximiliano G. Cordero, O.P. A. Ammassari, La religione dei Patríorchi, Studi biblichi (Roma, Città Nuova Editrice, 1976) 305 p. Lo primero que hemos de anticipar a los lectores es que el título, La Religión de tos patriarcas, no corresponde al contenido de este volumen sino en una mínima parte, ya que este titulo afecta sólo al último de los
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