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RECENSIONES
JosEF PiEPER, Prudencia y templanza. Versión castellana por C. Melches, M. Garrido y R. G. Peña. Ed. Rialp, Madrid, 1969, 228 pp. Pieper ya es garantía cuando de virtudes se trata, es un especialista de nota, un maestro en e' decir, ameno expositor que tiene Ia habilidad de hacer comprensibles los más abstrusos conceptos del saber teológico. Al leer estas páginas se respira una brisa refrescante, se adquieren ideas claras y Ia vida adquiere profundidad en el pensar y en el obrar. El telar Io pide prestado a santo Tomás de Aquino, pero Ia seda y el tejido son propios. A Ia prudencia Ie dedica unos capítulos interesantes por ser fundamento de las virtudes cardinales, pues les proporciona forma esencial y es Ia virtud más personal de todas, pone orden en el interior del yo y exige conformidad con Ia verdad en el pensar y en el obrar. La templanza —sofrosine— no es sólo moderación y autodominio, sino también discreción ordenadora, tranquilidad del ánimo, de amplio contenido moral, pues de su mano caminan Ia castidad, Ia sobriedad, Ia humildad y Ia mansedumbre. Nota Pieper una supervaloración de Ia templanza con repercusiones en Ia moralidad, supervaloración culpable de que términos de nuestro lenguaje, tales como sensualidad, pasión, concupiscencia, instinto, hayan adquirido un significado peyorativo, no obstante ser moralmente indiferentes. L. Arias
A. HoRTELANO, Moral responsable. Conciencia moral cristiana. Salamanca, 1969 ,354 pp. Como se deduce del mismo título de Ia obra, se trata de un estudio sobre Ia conciencia moral. Contiene seis apartados o capítulos. En el primer apartado, que se titula evolución de ¡a conciencia moral, se estudia el concepto que acerca de Ia conciencia se han formado los pueblos primitivos, los filósofos griegos y latinos, los libros sagrados, los santos Padres, los escolásticos, los moralistas de los últimos siglos y los autores actuales. La naturaleza de Ia conciencia moral es analizada en el segundo apartado. Después de unos breves datos sobre Ia noción popular acerca de Ia conciencia y sobre Ia etimología de Ia palabra conciencia, se hace un análisis de los elementos que integran Ia conciencia. A semejanza de Ia terminología freudiana se distinguen tres elementos en Ia conciencia: Ia conciencia propiamente dicha (Ia voz del yo consciente), Ia superconciencia (Ia voz de Dios) y Ia subconciencia (Ia voz del subconsciente). El tercer apartado está dedicado al dinamismo de Ia conciencia moral bajo tres aspectos: dinamismo histórico evolutivo de Ia conciencia en el niño, en el joven, en el adulto y en el anciano; dinamismo estructural de Ia conciencia en tres etapas sucesivas: Ia conciencia espontánea, Ia refleja y Ia automatizada; por último, el dinamismo teleológico de Ia conciencia, o sea, su tendencia a Ia perfección moral. En el cuarto apartado, clasificación de Ia conciencia moral, se prescinde de Ia división clásica de Ia conciencia entre los moralistas, por suponerla ya conocida, y se insiste en Ia clasificación tipológica según las diferencias individuales, como el sexo, Ia raza, las condiciones socio-culturales, Ia base religiosa, el contenido histórico, Ia actitud personal y el carácter. La problemática en torno a Ia conciencia moral, apartado quinto, está dedicado a diversos problemas que plantea Ia conciencia. Entre otros problemas, se estudian las crisis de Ia conciencia, debida a múltiples causas; Ia llamada «desmitologización» de Ia conciencia, es decir, su emancipación de motivos religiosos, Io que trae consigo Ia «moral sin pecado» y Ia «moral sin Dios»; el relativismo de Ia conciencia moral, los conflictos entre Ia conciencia y Ia ley, etc. Por último se dedica el sexto apartado a laformación de Ia conciencia moral, o sea, Ia iniciación religiosa, al misterio cristiano de Ia conciencia, Ia educación del sentido de Ia responsabilidad y Ia integración de Ia moral cristiana en Ia personalidad. Este libro es el mismo que se publicó en Italia bajo el título Morale responsabile, Assisi, 1968. En Ia edición castellana no se hace mención de Ia edición italiana a pesar de ser exactamente iguales. La única diferencia es que en Ia edición italiana, al final, se pone una larga lista de autores o bibliografía, que se omite en Ia edición castellana. De Ia síntesis que se ha hecho de Ia obra, se echa ya de ver su importancia. Mérito principal del Autor es haber sabido aprovechar los datos de los psicólogos sobre Ia conciencia psicológica para incorporarlos a Ia conciencia moral, que no son dos conciencias independientes entre sí, como algunos equivocadamente pudieran creer, sino que son dos aspectos o niveles de una misma vivencia.
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