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IV. ¿Todavía el latín..?
Hay personas que no han comprendido Io que quería el Concilio Vaticano II en materia litúrgica. Hay quienes Ia reforma les ha inspirado horror al latín. Cuando estas personas asisten a una Misa en Nuestra Señora de Aix, no pueden contener su sorpresa indignada. Muchas veces se ha oído a una de ellas exclamar durante Ia misma Misa: «¿Cómo? ¿Todavía el latín...?». Hasta ha sucedido que una devota ferviente, tan piadosa como evolucionada, ha creído dar una lección a un clero retrasado. En el momento de Ia Comunión, cuando el sacerdote Ie ha presentado Ia sagrada forma con Ia fórmula latina Corpus Cliristi, ella no ha consentido recibirla sino después de haber rectificado: ¿El Cuerpo de Cristo...? Amén. Que el latín esté en vías de desaparición en las parroquias de Francia, es ya un hecho. Unos se alegran de ello y otros Io deploran. Pero es completamente falso que Ia Reforma litúrgica haya querido esta sustitución sistemática del latín por Ia lengua vernácula. Si hay sacerdotes que han renunciado completamente al latín, hasta para las oraciones del Canon, no quiero juzgarles. Pueden gozar de privilegios especiales. Lo único que sé es que esto está formalmente prohibido. Equivocarse en tener audacia para ser fiel a Io que se ha dado en llamar «el espíritu del Concilio», es abrir Ia puerta a todas las aberraciones y a todas las extravagancias. La experiencia prueba que aquellos que se entregan a sus fantasías personales en materia litúrgica y para quienes las normas dadas por Ia Iglesia no obligan ya en conciencia, llevan camino de trastornar y de arruinar todo Io que Ia Liturgia romana tenía de noble y de verdadera belleza.
* Con gusto tomamos del mismo número de ¡a citada Revista «Tesoro Sacro Musical», pp. 13-15 este articulo, publicado en el Boletín Parroquial de Nuestra Señora de Aix-les-Bains y en Ia Revista «Opus Dei» de París, n. 6, 1966.
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