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Diálogo Ecuménico t. XXXIII, n. 107 UW)
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LA EXHORTACION APOSTÓLICA «UNA ESPERANZA NUEVA PARA EL LEBANO>
I. JUAN-PABLO II EN EL LÍBANO
En múltiples ocasiones, cuando el suelo libanês ardía con el fuego de los bombardeos y las víctimas cubrían las calles, y el Líbano presa de Ia violencia ciega y absurda y condenado a entrar en un oscuro callejón sin salida, el Papa Juan-Pablo II manifestaba su ardiente deseo de visitar este país martirizado, «para honrar y bendecir Ia tierra irrigada con Ia sangre de los inocentes», y lloró cuando los proyectiles llovían sobre Beirut. Y cada vez que sus consejeros trataban de disuadirlo, el Papa insistía en venir; se llegó incluso a fijar Ia fecha y a imprimir el programa oficial de Ia visita. Y de pronto, y en signo de protesta o de advertencia, se produjo Ia explosión en una iglesia durante Ia misa del domingo del 27 de febrero de 1994. Balance: 11 muertos y más de 60 heridos de los que no hacían más que rezar, entre ellos el Abad del convento que oficiaba Ia santa liturgia. Ante Ia envergadura de tan horrible hecatombe, jamás ocurrida a Io largo de los años de guerra, se tuvo que diferir el viaje papal sine die, hasta que se realizó tres años más tarde. Así, pues, el día 10 de mayo de 1997, el Papa Wojtyla pudo efectuar su tan anhelada visita pastoral de 32 horas al Líbano; era su 77 salida fuera de Italia coincidiendo con su
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