|
LA FILOSOFÍA KANTIANA DE LA PAZ
1.
ACTUALIDAD DE KANT DOS SIGLOS DESPUÉS
La influencia de un filósofo se percibe en su presencia en la discusión académica, que se concreta en los congresos, debates y escritos que se le dedican, y en el hecho de que corrientes relevantes de la filosofía se reconozcan como herederas suyas1. Éste el caso de Kant, presente en los debates y en la bibliografía filosófica dos siglos después de su muerte, y presente también en corrientes que se confiesan kantianas, como es el caso —en el ámbito práctico— de la ética y teoría del discurso, el liberalismo político, el socialismo neokantiano y parte del republicanismo liberal. Sin embargo, cuando la influencia de ese filósofo es decisiva, se percibe también en su presencia en la vida cotidiana, en que no podemos prescindir de él para entender nuestro modo de hacer, en la ética, en la política, en la economía, en la ciencia, en el arte o en la religión. Y éste es el caso de Kant. Sus propuestas filosóficas impregnan la vida corriente de un modo tal que renunciar a ellas sería, como bien dice Habermas, renunciar a nuestra autocomprensión ética como especie2. La noción de autonomía nos constituye de tal forma que nuestra doctrina moral es la eleuteronomía, más que el eudemonismo; y fuerza es reconocer que la filosofía práctica kantiana tiene su raíz en la eleuteronomía3.
1 Este estudio se inserta en el Proyecto de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico HUM2004-06633-CO2-01, financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia y Fondos FEDER, y en los proyectos del Grupo de I+D+I 03/179 de la Generalidad Valenciana. 2 J. Habermas, El futuro de la naturaleza humana, Barcelona, Paidós, 2002. 3 I. Kant, Metaphysik der Sitten (= MS), VI, 378. Citaré las obras de Kant, como es usual, por la edición de la Academia de Berlín, excepto la primera Crítica, para la que me atendré a la pagi-
|