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LA AMENAZA NEOCOLONIALISTA DE LA PAZ. PERSPECTIVAS ÉTICO-SOCIALES
I.—EL COLONIALISMO DE LA EPOCA MODERNA Y SU PERVERSIÓN IMPERIALISTA
El colonialismo de los cinco últimos siglos representa, en contra de su significado etimológico, una forma de imperialismo, que encontró su expresión máxima en Ia explotación económica. J. Hoffner, que en su estudio fundamental «Kolonialismus und Evangelium» investigó a partir de sus fuentes «la ética colonial española en Ia Edad de Oro», escribe para Ia segunda edición de su libro: «Este libro ha sido escrito entre los años 1940-1944, cuando Ia dignidad humana era pisoteada. Como Ia guerra mundial y los campos de concentración, también los crueles y violentos actos de Ia conquista ponen en evidencia Io que es capaz de hacer el hombre» 1. En Ia introducción a Ia primera edición se dice: «Portugal y España inauguraron Ia época colonial y Ie dieron los impulsos decisivos que han permanecido a Io largo de los siglos. La conquista, cuya repercusión universal difícilmente puede ser sobrevalorada, fue el primer gran intento de someter políticamente territorios de Ultramar con población extranjera y de imponerles el estilo europeo de vida y Ia cultura de Occidente, de modo que con ello se impidió el desarrollo propio de aquellos pueblos o se dificultó y retrasó. Ya entonces quedaron marcados los rasgos propios del colonialismo: se dio un enfrentamiento con los pueblos sometidos, incluso aunque éstos tuvieran una cultura milenaria, con Ia conciencia de una total superioridad. Pueblos y grupos culturales, que hasta entonces habían llevado su propia vida, fueron puestos en contacto múltiple y permanente con Ia cultura cristiana occidental. Procedimientos económicos e instituciones sociales de Ia patria europea fueron transplantados a Ultramar. En el séquito y, además, bajo Ia protección del poder colonial, comenzaron los misioneros cristianos su
1 J. Hoffner, Koionialismus und Evangelium. Spanische Kok>nialethik im Gotäenen Zeitalter, (Tréveris 1969); 2 ed. corregida de Christentum und Menschenwürde (1974) p. VII.
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