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ORIENTACIONES PONTIFICIAS
TRES CUESTIONES RELIGIOSO MORALES RESPECTO DE LA ANALGESIA
(AAS., 1957 (49), p. 129 ss.)
por ANTONIO PEINADOR, C. M. F.
Con motivo del IX Congreso nacional de Ia Sociedad italiana de Anestesiología, celebrado en Roma del 15 al 17 de Octubre del pasado año 1956, el Presidente del Comité organizador, el Profesor Pedro Mazzoni, propuso al Papa tres cuestiones que se refieren a las implicaciones religioso morales de Ia analgesia, por Io que mira a Ia ley natural, y sobre todo, a Ia doctrina cristiana encerrada en el Evangelio y enseñada por Ia Iglesia. Responder a estas tres interesantes cuestiones es Io que se propone el Sumo Pontífice, en Ia Alocución que el 24 de Febrero del año en curso, 1957, dirigió a un grupo de prestigiosos médicos, cirujanos y estudiosos. El Papa las ha considerado singularmente importantes, y tenemos que agradecerle todos, científicos, teólogos y confesores, hombres de buena voluntad, cristianos deseosos de acomodar sus actos a las exigencias últimas de Ia virtud, y hasta del heroísmo, que, con Ia respuesta clara y deflnida a los problemas propuestos, no sólo se haya afirmado sólidamente Ia doctrina ya recibida entre los moralistas cristianos, sino que se hayan puesto en claro algunas otras dudas incidentales que, al rededor de estas tres principales, surgen necesariamente, a poco que se reflexione sobre Ia triste realidad del dolor físico, sobre los adelantos de Ia ciencia en orden a suprimirlo o a aminorarlo, sobre el valor redentor que el sufrimiento tiene para el creyente, por Ia asociación a Ia Pasión de Cristo que él, aceptado resignadamente, es capaz de realizar. Antes de entrar en el fondo de las cuestiones, contiene Ia Alocución una breve Introducción, acerca de Ia naturaleza, origen y desarrollo de Ia anestesia, del papel del anestesista, de Ia diversidad de los anestésicos, de Ia cirugía cardíaca. Siendo tantos y tan variados los recursos que ofrece Ia medicina moderna para evitar el dolor, y tan natural el deseo de sacar de ellos todo el partido posible, se explica perfectamente que al hombre pensador y al cristiano deseoso de serlo de verdad, se Ie planteen problemas de conciencia que no es justo desconocer, a parte de Ia indiscutible responsabilidad
"Salmantlcensls", 4 (1957).
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