|
REDC 55 (1998) 723-745
LA ORGANIZACIÓN ECONOMICA DE LA IGLESIA CATÓLICA: LOS FONDOS COMUNES
Nadie puede poner en duda Ia utilidad y conveniencia de una organización económica adecuada para Ia buena marcha de Ia economía de cualquier institución, organismo, etc. Esta organización también es necesaria en Ia Iglesia, constituyendo uno de los aspectos fundamentales para poder llegar un día a obtener por sí misma los recursos suficientes para Ia atención de sus necesidades, a Io cual se comprometió con el Estado español '. Sin pretensiones de agotar Ia materia, vamos a tratar de hacer una breve exposición de hacia donde se dirige Ia estructura organizativa de Ia Iglesia católica en materia económica, que paulatinamente se va adaptando a Ia doctrina del Concilio Vaticano II, posteriormente plasmada en el Código de Derecho Canónico de 1983.
1.
EVOLUCIÓN
Como es sabido, Ia organización económica de Ia Iglesia católica se ha basado durante mucho tiempo en el sistema beneficial. Sin embargo, como señala González Armendia 2 , «dentro de Ia propia Iglesia se era consciente, desde hacía tiempo, de Ia necesidad de reformar profundamente ese sistema que descansaba en gran medida en principios feudales y en el que, históricamente, fue desmembrándose en innumerables masas patrimoniales autónomas Ia primitiva unidad patrimonial episcopal». Fue el Concilio Vaticano II el que viene a cambiar toda esta situación, buscando Ia solidaridad y Ia comunicación de bienes.
1 Art. 2.5 del Acuerdo sobre Asuntos Económicos, de 3 de enero de 1979, firmado entre el Estado Español y Ia Santa Sede. 2 J. R. González Armendia, El impuesto religioso. Cooperación económica estatal con las confesiones religiosas (Bilbao 1990) 203.
|