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LA NUEVA IMAGEN DEL MATRIMONIO EN EL FUTURO ORDENAMIENTO CANONICO
Las siguientes reflexiones, en extremo genéricas y fundamentales, no pretenden glosar los preceptos del proyecto ya elaborado «de jure condendo»; ni tampoco ofrecer un punto de vista, forzosamente personal, sobre lo que se pudiera considerar más urgente o más importante en una renovación de la ley matrimonial canónica. Me voy a limitar a señalar algunos temas que ya sugiere la jurisprudencia actual y que todavía ni siquiera en ella han adquirido perfiles muy definidos : y lo hago porque estimo que pueden ser útiles para ayudarnos a descubrir el verdadero matrimonio hoy. El matrimonio verdadero, cuya verdad —llámese realidad, llámese validez— constituye objeto de primordial interés para el canonista, sobre todo en la tarea procesal. Y el matrimonio de hoy, porque prescindiendo de la permanencia de los grandes valores de la alianza conyugal cristiana, lo cierto es que la sensibilidad del hombre descubre más o menos sector de la realidad, o atribuye mayor o menor trascendencia a lo descubierto, en razón de su previa actitud perceptiva. Como se podrá observar falta cualquier tipo de citas, hasta del «Schema» ya divulgado. Ni sería fácil acomodar a él este trabajo. Con todo creo que podemos fijarnos un doble objetivo importante : primero, abrirnos nosotros mismos a una imagen lo más clara posible de lo que vamos buscando ; pues como antes apuntaba, de acuerdo con la admirable condición del quehacer intelectual, el hombre no sólo encuentra lo que busca, sino que busca lo que ya ha encontrado en su espíritu atribuyendo y desentrañando el sentido del objeto de su búsqueda; en segundo lugar estas amplias, más que grandes, ideas pueden ser auxiliares muy valiosos para la aplicación jurisprudencial, por supuesto de la ley vigente, y mucho más, de la futura.
Existencial
En primer lugar aludiría a la necesidad de establecer contacto con el matrimonio real más bien que con el matrimonio teórico. Dicho de otro modo, pasar del matrimonio «esencial» al matrimonio «existencial». Este paso de los conceptos a los hechos en los que aquellos se encarnan; el trasladarnos desde el análisis de las ideas al contraste de las realidades, es rico en consecuencias. Veamos algunas. Habríamos de abandonar —o completar—, por lo que hace a la capacidad, la idea de que el matrimonio es un negocio jurídico genéricamente «grave», que requiere una madurez también sinónimo de «gravedad de juicio», para
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