|
APORTACIÓN DE SANTO TOMAS A LA DOCTRINA DE LA LIBERTAD RELIGIOSA
1. EL PUNTO DE VISTA DE SANTO TOMÁS
Enlazando con Ia mejor doctrina de los antiguos Padres de Ia Iglesia, especialmente con Ia de San Agustín ', Santo Tomás nos ofrece en los tiempos medios una perfecta sistematización de Ia teoría católica acerca de Ia tolerancia, que sirve de base y punto de partida para Ia teología siguiente. Plantea Ia cuestión en el terreno sociopolítico, único posible desde el punto de vista dogmático ; pero partiendo de una visión teológica, o más bien teocéntrica, de Ia sociedad, que Ie impide sacar las consecuencias últimas en el aspecto personal, Io que constituirá el logro feliz del Humanismo. En el conflicto social, que supone Ia tolerancia como solución a un pluralismo religioso, Santo Tomás, sin desatender del todo Ia vertiente humana y personal, se inclina decididamente por el objetivismo. Objetivismo que se refleja en su época, en el campo de las relaciones políticas, en una concepción unitaria de Ia sociedad, ordenada irreductiblemente a Dios tanto por parte del gobernante 2 como por parte de Ia comunidad misma 3. De aquí que toda Ia Etica social, según el pensamiento tomásico, se condense en estos dos grandes principios, que resumen, a su vez, el deber fundamental del príncipe y de los ciudadanos:
1. "Quia igitur vitae, qua in praesenti vivimus, finis est beatitudo coelestis: ad regis offlcium pertinet ea ratione vitam multitudinis bonam procurare secundum quod congruit ad coelestem beatitudinem consequendam; ut sc. ea praecipiat quae ad coelestem beatitudinem ducunt, et eorum contraria, secundum quod fiierit possibile *, interdicat. Quae autem sit ad veram beatitudinem via, et quae sint impedimenta eius, ex lege divina cognoscitur, cuius doctrina pertinet ad sacerdotis officium" 5.
1 Cfr. F. VERA: En torno al concepto tradicional de tolerancia, en "Rev. E. de Der. Can.", 20 (1965) 392 y ss. * "Sufficiens premium regis est a Deo expectandum": Tractatus de Rege et Regno ad regem Cypri, llamado también De regimine Príncipum, dirigido a Hugo II, rey de Chipre (1265), Lib. I, cap. VIII: Opera omnia, ed. S. E. Fretté, vol. XXVII, Opttscula varía 1, Opusc. XVl (Parisiis, 1889), pág. 346. La misma idea refleja el comienzo del cap. XVI del lib. II: "His habitis, agendum est de cultu divino, ad quem reges et principes studere debent toto conatu et sollicitudine, sicut ad finem debitum". Y Io prueba, por ser el príncipe hombre (creatura), señor (omnis potestas a Deo) y rey (unctus): Ibidem, pág. 369. * "Videtur autem finis esse multitudinis congregatae, vivere secundum virtutem" (Ibid., Lib. I, cap. XIV, pág. 354). "Quod regnum ordinarí debet ad beatitudinem consequendam princ!paliter" (lbid., Lib. I, cap. XV, pág. 355). 4 El subrayado es nuestro. 1 De Reg. Principum, 1. c., Lib. I, cap. XV, pág. 355.
|