|
EL PODER PARA EL MATRIMONIO
En el fascículo I de' REVisTA EsPAÑOLA DE DERECHO CANÓNico, correspondiente' al cuatrimestre enero-abril de 1952, se publicó un trabajo (i) el cual ha suscitado algunos comentarios. Con este motivo, más de uno se ha dirigido a nosotros, preguntándonos : a) si el crite'rio allí sustentado Io hace suyo Ia REVISTA, y b) si creemos que ese criterio es, científicamente, defendible. Más en concreto, direinos que Io que a nuestros consultantes ha llamado Ia atención es Ia doctrina, que allí se defiende, de que es válido el poder para contraer matrimonio, otorgado ante' notario, exclusivamente, sin Ia presencia de ningún otro testigo. No es nuestro ánimo entablar polémica—Ia cual 'firmemente repudiamos desde ahora—o intentar refutar, una por una, las razones que' el doctísimo articulista aduce en pro de su tesis, las cuales—Io decimos con sinceridad absoluta—revelan una mano verdaderamente mae'stra. Es más ; los que nos dedicamos algo al cultivo de Ia ciencia canónica no podemos menos de recibir con sumo agrado las colaboraciones que nos llegan de cualquiera otra de' las ramas del Derecho. Si escribimos estas líneas, Io hacemos Lrtiicamente para satisfacer a nuestros amables consultantes y también porque' el asunto Io merece, ya que en algunas regiones de España, en aquellas, sobre todo, en que hay más emigración, son bastante frecuente's los matrimonios por poder y frecuentísimos los casos en que ese poder se otorga sin más testigos ante nuestros cónsules en el extranjero. Esto Io conocemos por experiencia propia. * * * Casi creemos excusado decir a los que nos han consultado que ninguna revista se solidariza con las doctrinas contenidas en los artículos que aparezcan eti sus columnas y lleven Ia firma de sus autores. Y esto, que es Ia norma general, no puede dejar de serlo en REvisTA EsPAÑOLA DE ÜERECHO CANÓNico. Esto es bien sabido. Por Io que toca a Ia cuestión de fondo, o sea a Ia segunda de las que se nos han propuesto, no podemos menos de afirmar que, a nuestro juicio, no es defendible el critetio sostenido por el esclarecido autor del artículo, eI cual, con una nobleza que Ie honra, no titubea en confesar que su teoría va
(1) JÜAN VALLET DE GOYTi80LO: Poder para el mat,rimnnio. R. E. D. C., 1952, pp. 333- BS.
— 969 —
|