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La complejidad del hombre sôma - psykhé - pneûma
El tema que pretendemos abordar en estas pocas páginas está hoy mucho mejor estudiado que en aquellos ya lejanos tiempos de nuestra juventud universitaria en Ia hermosa ciudad de Salamanca. Hoy, con motivo del bien merecido Homenaje a nuestro compañero de Facultad, el P. José Oroz Reta, voy a tratar de sintetizar mi concepción del hombre, tema hoy suficientemente estudiado por los sabios de nuestros días, y que mucho hubiéramos agradecido poder defender entonces los universitarios católicos de aquel tiempo. El clima religioso de aquella época permanecía anclado en el más intransigente integrismo. Socialmente vivíamos inmersos en el bien conocido nacional-catolicismo, y excepto algún clérigo progresista que frecuentaba los colegios Mayores, Ia ausencia de un lenguaje contemporáneo era total. Por su parte, Ia ciencia seguía avanzando y nuestros compañeros de otras Facultades presentaban las objeciones pertinentes al pensamiento heredado. En Ia Facultad de Filosofía y Letras se unían Ia influencia marcada de Unaniuno y los aires europeos que a pesar de todo iban llegando. El Existencialismo, el teatro del Absurdo, que leíamos o representábamos en nuestras modestas actividades culturales de.los Colegios Mayores. La inquietud de los universitarios, profesores y alumnos, era un hecho reconocido por todos, incluida lajerarquía eclesiástica, pero nadie intentaba poner remedio. La mayoría de los jóvenes, a medida que se iban haciendo adultos, optaba por alejarse de Ia Iglesia y desentenderse de los problemas religiosos, con Io cual se iban descritianizando más y más los cuadros dirigentes de aquella época. Las consecuencias de todo ello era Ia sensación de angustia con que vivíamos nuestra juventud, Ia falta de futuro que se nos ofrecía como creyentes, pues culturalmente estábamos al lado de
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