|
Un ejemplo de latín cristiano en Ia Europa protestante: Juan Amós Comenio Habitualmente, cuando hablamos de latín cristiano es para referirnos a los autores de Ia primitiva cristiandad y a los de Ia Alta Edad Media. No es frecuente entrar en consideraciones de esta índole al estudiar el Renacimiento, ni mucho menos entrada ya Ia Edad Moderna. Sin embargo, aun evidenciando que, desde el punto de vista estrictamente lingüístico, el interés primordial para un filólogo reside en los autores de los primeros siglos del cristianismo, no podemos olvidar que el latín cristiano llega hasta nuestros días. Y que es precisamente el cristianismo el que más ha contribuido a que el latín continuara presente, a Io largo de los siglos, en el ámbito de Ia cultura. TaI y como se ha mencionado ya en este Simposio, en concreto en Ia sesión inaugural de ayer, el amor al latín está en manos de quienes, como nosotros, dedican su esfuerzo a enseñarlo, que es tanto como decir aprender a quererlo. Por eso, quiero someter hoy a su consideración Ia figura de un infatigable pedagogo del latín: Juan Amós Comenio. No se trata de un autor del primitivo cristianismo, sino del siglo XVII. Tampoco es católico. Los condicionamientos familiares y de formación Ie sitúan dentro de una secta protestante, por más que muchos de sus escritos pastorales pudiéramos suscribirlos los católicos. Pero, como también se ha dicho aquí, no hemos de encerrar el concepto de latín cristiano en unas estrechas coordenadas de tiempo y moldes prefijados. La diversidad, también en este ámbito, será enriquecedora. Cuando el siglo XVI presenció el cisma protestante, hacía ya tiempo que el latín se hallaba reducido al ámbito
|