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¿Vino nuevo en odres viejos? Expresión de un conflicto a principios del siglo V Es bien sabido que, a comienzos del siglo V, las invasiones en varios puntos del Imperio y Ia amenaza ante Roma de los pueblos llamados bárbaros se hacen cada vez más inquietantes. En 402 Estilicón vence a Alarico en Pollentia, batalla que tendrá repercusión literaria en obras dispares '. No menos significativas de los nuevos tiempos son las distintas reacciones que aquella situación, unida a las no tan viejas fuerzas religiosas imperantes, provocaba en los estamentos de los estamentos rectores de Ia sociedad: funcionarios, obispos, escritores, sin contar Ia masa sufridora del pueblo que había de soportar bien directamente los efectos sangrientos de razzias y devastaciones. Buen ejemplo de ello es el propio Rutilio (1, 412 ss.). En resumen: ante el peligro inminente y tan cercano a Ia capital del Imperio (o capitales) de los ataques bárbaros y ante las posturas de gobierno enfrentadas que les tenía que hacer frente, ¿cómo reaccionar? ¿Aferrándose al pasado glorioso sin racionalizar, por así decir, los problemas, y sin tener en cuenta Ia fuerza nueva que Ia nueva religión representaba?, ¿o bien intentar un camino nuevo y abierto —en Ia medida en que fuese posible, claro es—, más acorde quizá con el Universalismo que, literal y literariamente, se predicaba? Intentemos ver cuál fue dicha reacción, poniendo a Estilicón de por medio, sin detenernos en su figura o su gobierno, y a uno y otro lado a Rutilio Namaciano y a Prudencio. En Ia segunda parte del De reditu suo (o Iter Gallicum) Rutilio arremete contra Estilicón, al que llega a calificar de
1 Vid. Claudiano, De bello gothico, 202, 281; Prudencio, C. Sym. 2, 720.
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