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La "Via Regia"
PREFIGURACIÓN BIBLICA DE LA ASCESIS MONÁSTICA
I
La vida del hombre es un continuo caminar. Desde el momento que tenemos un origen, partimos de un principio y tendemos por naturaleza y gracia hacia un fin, seguimos una marcha ininterrumpida, que no podemos detener. El lenguaje, las costumbres, el arte, Ia literatura, han reflejado fiel e insistentemente en los pueblos, que han pensado y escrito reflexiva y bellamente, esa ley y figura constantes de Ia vida de todos los hombres. ¿Qué late en el fondo de «progreso, promoción, proceso», sino Ia idea y efecto de un avance y marcha? ¿Qué es el cursus honarum y el curriculum uitae, más que un itinerario recorrido o por recorrer? ¿A qué sentido apuntan «desviación, transgresión, error», sino a las salidas o torceduras del camino, mientras Ia acertada «dirección o el buen «guía» señalan Ia ruta que lleva a Ia meta deseada? La Iglesia es «peregrinante» en este mundo porque camina hacia Ia Jerusalén celestial. Hacemos «el viaje a Ia eternidad», cuando pasamos el puente de esta vida a Ia otra. ¡ Cuántas obras literarias no han recogido Ia idea e imagen de esta marcha que es nuestro vivir! Itinerarium mentis in Deum, de San Buenaventura; «Camino de perfección», de Santa Teresa de Jesús; «Vida divina y Camino real para Ia perfección», del P. Juan Eusebio Nieremberg; «Viaje del peregrino desde este mundo al futuro», de John Bunyan. En las páginas de Ia Sagrada Escritura se encuentran a cada paso las palabras iter, semita, iiia, frases como ambulans recio itinere', prosperum iíer faciet nobis Dominiis; ambulaiiit pes meus iter reciiirn;
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