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Seneca j el estilo «nuevo»
No podemos comprender plenamente Ia obra de Séneca si no Ia estudiamos junto con Ia forma literaria que el escritor ha dado a sus escritos. Al decir esto, no hacemos sino expresar un principio general de crítica literaria. Y este principio, en el caso concreto de nuestro autor, adquiere un valor especial ya que ha tenido sumo cuidado en insertar su propio estilo en el centro mismo de Ia doctrina. Guillemin aplica al estilo de Séneca una frase con que el escritor latino había caUficado al famoso rétor Fabiano: FoWanus non erat neglectens in oratione, sed securm l. Es cierto que cuando escribe estas palabras, las entiende en un sentido ligeramente distinto. Pero esa palabra —securitas— muestra que deseaba hacer de ella el signo de su enseñanza y quería llamar Ia atención de sus discípulos acerca de Ia estrecha unión que ha de existir siempre entre Ia doctrina y Ia expresión 2. Ahora bien, las obras de Séneca, como todo producto literario y artístico, deben ser examinadas desde diferentes ángulos de comprensión. Un primer plano, filológicamente fundamental, radica en Ia constitución del texto que, al través de sucesivas calas en los elementos puramente formales: estilo, estructura interna, simbolismo de los personajes, etc., nos Uevaría a un postrer estadio, igualmente interesante. Este aspecto, del que no
1. Epist,, 100, 3. 2. Cf. GuiLLEMiN, A., Senéque, Directeur a'âmes. III : Les théories littéraires, en «Revue des Etudes Latines», 32, 1954, p. 251.
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