|
Comentarios estéticos de a jéptima 0 impica
Proposito de este trabajo.-La$ obras literarias son un feró» meno histórico, pero no basta estudiarlas como mero «hecho» acaecido en eltiempo, sino que hay que tener en cuenta que son «valores», de suerte que han de ser objeto, no sólo de conocimiento, sino de fruición; no es suficiente inventariarlas y describirlas, sino que precisa justificar su vigencia. Por consiguiente los métodos puramente «científicos* no bastan para estudiar a un autor clásico griego. Requiérense, sí, y en mayor proporción que en otras literaturas, porque hay que salvar una gran lejanía lingüística e histórica. Este primer trabajo, indispensable, es Ia gloria de Ia filología del XIX y de los comienzos del XX. Pero su exclusivismo positivista, deshumanizador de las Humanidades, ha sido y sigue siendo dañosísimo. Entodaobraestética hay un último reducio, inaccesible por procedimientos de mero análisis racional. Sólo es posible llegar a él mediante Ia intuición de Ia belleza, en «ciego y obscuro salto>, como, tomando Ia expresión de S. Juan de Ia Cruz, ha subrayado l Dámaso Alonso . Por consiguiente además del benemérito desbroce erudito filo* lógico nos hallamos ante un vasto campo de trabajo, arriesgado y difícil, pero seductor y necesario: aquél en que, según las luces y posibilidades del estudioso, se forcejea para lograr Ia epifanía del íntimo e inefable mensaje de hermosura de cada autor y de cada obra. Concretamente nos planteó esa tarea Píndaro y su séptima olímpica con ocasión de unas clases universitarias en 1953. DeI esfutr1
«Poesm española. Ensayo de métodos y límites estilísticos», 2.* ed. Madrid 1952, pág.
|