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LA CRlTICA DE ORTEGA A ARISTOTELES Y SUS FUENTES
El centenario del nacimiento de Ortega (1883-1955) ha pasado a los anales de Ia historia, sin que nadie haya, sometido su máxima obra a iui análisis radical. Concurren todos los estudios en preferir por su rigor y su riqueza La idea de principio en Leibniz y Ia evolución de ia, teoría deductiva, compuesta entre 1947 y 501. Mas faIta Ia unanimidad en cuanto a Ia aproximación más adecuada del libro. El ©logio no acompañado del estudio menos contribuye a acdararlo2; y poco mas esclarecedora resulta Ia visión del Leibniz como «un producto de Ia sabiduría otoñal», exenta de alusiones al espacio y tiempo concretos3; ©1 resumen crítico, hecho, por ejemplo, por Alain Guy, cuando menos nos pone en Ia presencia inmediata del texto4; pero, para entenderlo a fondo, hay que reconstruir sus presupuestos históricos mediante estudios compaanativos, como propone Paulino Garagorri, aunque sin temor de pecar de indelicado, de inelegante5. Al fin y al cabo, lejos queda hoy el franquismo contemplado por
1 José Ortega y Gasset, Obras Completas, 2" ed., VIII (Revista de Occidente, Madrid 1965) p. 61, pone Ia fecha de composición de Ia mayor parte del Leibniz en 1947. Con todo, en Ia p. 85, aparece una nota fechada en noviembre de 1950. En. adelante, las citas de Ortega, con Ia fecha de publicación (o de composición para los escritos postumos), en romanos el tomo y en arábigos Ia pagina, remiten a estas Obras Completos, I y II, 6« ed., 1963; 5a ed., 1962; IV, 6a ed., 1966; V y VI. a' ed., 1964; VH, 2a ed.
1964; VIII y IX, 2a ed., 1965; XII, 1' ed., 1983.
2 Ver Julián Marías, Ortega, ¡. Circunstancia y vocación (Revista de Occidente, Madrid 1960) p. 277, según el cual el Leibniz es «la obra definitiva y mas madura de Ortega»; sin embargo, tenemos Ia impresión de que este investigador no conoce bien Ia obra, o no habría dicho en su p. 362, «Ortega no habló nunca, que yo sepa, de' Sentimiento trágico de io vida*. Ver el Leibniz, VIII, 297, sobre el «'sentido trágico de Ia vida' que Unamuno retóricamente propalaba». Esperamos rectificaciones de estos errores y de otros, a Ia luz de nuevas investigaciones, en el libro prometido de Marías, Ortega: tos trayectorias. 3 Así Ciriaco Morón Arroyo, El sistema de Ortega y Casset (Alcalá, Madrid 1968) p. 444. Este tratamiento del Leibniz es uno de los pocos flacos de un libro excelente sobre Ortega. 4 Ver Ortega y Gasset, crítico de Aristóteles. La ambigüedad del modo de pensar peripatético, juzgado por el raciovitalismo (Espasa-Calpe, Madrid 1968), y, sobre todo, Ia perspicaz conclusión crítica, pp. 197-215. El resumen más reciente del Leibniz aparece en Víctor Ouimette, José Ortega y Gasset (Twayne, Boston 1982) pp. 134-38. 5 'El -radicalismo- en el pensamiento de Ortega y Gasset», en Relecciones y disputaciones orteguianas (Taurus, Madrid 1965) p. 41, n. 10: «El comentario adecuado a este libro deberla consistir en analizar sus relaciones con otras obras de semejante intención y en su propia técnica; pero creo interesante, en Ia ocasión, llevarlo de forma más consabida para sus familiares lectores». Sobre Ia discreción de no investigar las circunstancias de Ia composición del Leibniz: pp. 33^.
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