|
PRESENTACIÓN FILOSÓFICA DE DOS PENSADORES HISPANOAMERICANOS: ANDRES BELLO Y JOSE ENRIQUE RODÓ
1.—Andrés Bello: 1. Notas biográficas. 2. Elementos para el estudio del pensamiento filosófico de Andrés Bello: 2.1.Concepto y división de Ia filosofía. 2.2. El problema de Dios. 2.3. Las ideas morales. 3. Andrés Bello y Ia conciencia americana. 4.Bibliografia selecta: 4.1.Obras de Bello. 4.2. Estudios sobre Bello. II.—José Enrique Rodó: 1. Notas biográficas. 2.E1 pensamiento filosófico de Rodó: 2.l.Ubicacion del punto de partida filosófico de Rodó. 2.2. La psicología filosófica de Ia personalidad. 2.3. La pedagogía espiritualista. 2.4. Las ideas religiosas. 3. El americanismo. 4.Bibliografia selecta: 4.1.Obras de José Enrique Rodó. 4.2.Estudios sobre Rodó. Introducción
El estudio que aquí ofrecemos, como su mismo título indica, quiere ser una presentación filosófica de dos pensadores hispanoamericanos: Andrés Bello y José Enrique Rodó; y quiere, por Io mismo, contribuir al estudio de Ia historia de las ideas filosóficas en Hispanoamérica, pues entendemos que una de las tareas que con más urgencia se nos plantea a nosotros, los hispanoamericanos, es justamente Ia de esclarecer nuestro pasado filosófico, Ia de ver claro en él y sobre él, Ia de hacerlo transparente a nosotros mismos, para serlo y poder quizá así ver filosóficamente desde nosotros mismos no solamente nuestro pasado, sino también nuestro presente. Y este «ver filosóficamente desde nosotros mismos» de que hablamos aquí, no puede entenderse, naturalmente, en un estrecho sentido provinciano. La visión filosófica es, por esencia, universal y universalizante, pues, si es auténtica, es siempre visión de todo el hombre sobre el Todo. Así «ver filosóficamente desde nosotros mismos» no podrá querer decir ver desde nosotros en cuanto, y sólo en cuanto, hispanoamericanos, sino ver por nosotros mismos en cuanto hombres; es decir ver, pensar y realizar nuestra humanidad por y a partir de nosotros mismos y, precisamente por ello, también con todos los demás hombres. No se trata, por tanto, de ver nuestra humanidad desde el prisma de nuestra hisparioamericanidad. Al contrario, de Io que se trata es de que, liberándonos de falsos provincianismos narcisistas, vayamos aprendiendo a ver nuestra hispanoamericanidad desde aqueUo que, porque nos hermana e igueula a todos los hombres, no nos hace ni mejores ni peores, a saber, nuestra humanidad. Precisamente en este punto nos puede ayudar, y no poco, según pen-
|